domingo, 26 de julio de 2009

UNA NUEVA ESPERANZA


UNA NUEVA ESPERANZA

¿Qué pasará con nuestros cuerpos en el Rapto de la Iglesia?


Esta viene a ser una pregunta del millón. A pesar de los tiempos difíciles que estamos pasando actualmente surge una nueva esperanza sacada de las Escrituras. Es así que en esta ocasión quisiera continuar con el tema de la vida eterna que escribí hace unos días y quisiera complementarlo con los siguientes textos de dos grandes teólogos: El Dr. John Walvoord y el Rev. Clarence Larkin.


Dr. John Walvoord: "En relación con el Rapto de la Iglesia en I Tesalonicenses 4, que indica que los cristianos que viven ahora se encuentran para recibir al Señor. Y esto, por supuesto, se enseña en I Corintios capítulo 15. En este capítulo se trata el tema de la resurrección al igual que el tema del Rapto de la Iglesia y que se lleva a cabo en los versículos 51 y siguientes estas maravillosas verdades: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.”


Ahora, los que estamos viviendo como cristianos en el mundo actual, reconocemos que tenemos algunos problemas. En primer lugar, tenemos un cuerpo que es dado por nuestros padres y es un cuerpo pecador. Es inclinado al pecado. De hecho, todo cristiano peca. También es un órgano que crece más, y lo resistamos o no, con el tiempo envejecemos. Y, por último, que es mortal, es decir, que puede morir en cualquier momento.


Ahora, estas tres cosas tienen que ser cambiadas. Y creo que cuando el Rapto de la Iglesia se produzca, de inmediato vamos a ser cambiados y se nos van a dar cuerpos glorificados como el de la resurrección corporal de Cristo lo cual nos hace aptos para estar en la presencia del Señor en el cielo. Como vemos no podemos estar en la presencia de un Dios santo con nuestro cuerpo actual. Necesitamos un cuerpo totalmente diferente que será dado en el Rapto de la Iglesia. Así que toda una generación de cristianos irá al cielo sin morir.


En el Antiguo Testamento tenemos la ilustración de Enoc y Elías, que fue al cielo sin morir, pero son las únicas excepciones. Todos los demás fueron nacidos, criados, y murieron en la historia. Pero ahora hay toda una generación aquí que va a ser cambiada y esta es nuestra maravillosa perspectiva. Que seamos cristianos bastante jóvenes o de mediana edad o mayores, tenemos esta maravillosa esperanza de que si Cristo viene cualquier día, vamos a ser raptados y nuestros cuerpos cambiados al instante."


Ampliando un poco más el tema quisiera citarles una parte escrita por el Rev. Clarence Larkin en su Libro “The Spirit World” (El Mundo Espiritual) que me ha enriquecido tanto al traducirlo al español:


El “Cuerpo Resucitado” no es un cuerpo de “Carne” y “Sangre” porque la “carne” y la “sangre” no pueden heredar el “Reino de Dios” 1 Cor 15:50. La sangre es la fuente de la corrupción y decae, por consiguiente, no podrá haber sangre en el cuerpo Resucitado. Para preservar un cuerpo humano tiene que ser escurrido de la sangre o estar preservado químicamente por un liquido para embalsamar. El oficio de la sangre es de transportar a los tejidos del cuerpo, que se van desgastando así como todos los elementos que los restituyen. El hambre y la sed son las advertencias de la naturaleza que el cuerpo se va desgastando y necesita alimento y bebida para remplazar la pérdida, de lo contrario el cuerpo moriría. Pero cuando tengamos nuestros cuerpos resucitados no vamos a tener nunca más hambre ni sed. (Apoc 7:16) lo cual es un signo que nuestros cuerpos no se van a desgastar, por consiguiente, no vamos a necesitar de sangre. En el Cielo no habrá ni enfermedad ni muerte, ambas son causadas por la corrupción. Tampoco va a haber más dolor, porque el dolor es causado por un tejido enfermo.


Pero, debido a que no vamos a tener un cuerpo de “Carne” y “Sangre”, vamos a tener un cuerpo de “Carne y Huesos”, como Jesús lo tuvo después de su Resurrección. Lucas 24:39. Los médicos dicen que la explosión del corazón humano se debe por un drenaje de toda la sangre del cuerpo hacia el corazón, el cual explota bajo la presión. Si esto es cierto, entonces el corazón de Cristo habría explotado antes que el saco que lo contiene haya sido agujereado por la lanza del soldado romano, entonces toda la sangre que quedaba en su cuerpo fue drenada después de haber sudado “gotas de sangre” en Getsemaní y las hemorragias de las manos y pies clavados, de forma que lo que quedaba en la tumba era solamente “CARNE” y “HUESOS”. Pero la “Carne” de nuestro cuerpo resucitado no será carne humana sino carne adaptada para el “Mundo Espiritual” y ese cuerpo va a requerir de un marco y ese marco será de huesos requeridos para un “Cuerpo Espiritual”. Así nuestro “Cuerpo Espiritual” será un vehículo adaptado para cada necesidad de nuestro “espíritu” y ser capaz de comunicarnos en cualquier lugar en el Universo de Dios. Va a diferir tanto de nuestro cuerpo presente como el cuerpo de la “mariposa” difiere al del “gusano” del cual se levanta resucitado de la tumba del “capullo”.


En conclusión:


“El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.” (1 Co 15:47-57).


Que bellas palabras de esperanza nos dice la Biblia. Vemos que Dios no solamente ha establecido un plan de salvación temporal sino que es para toda la eternidad. No solamente para el globo terrestre sino para todo el Universo.


Que Dios les bendiga ricamente y hasta pronto.


Carlos J. León