sábado, 24 de septiembre de 2011

Está Ud. Parado Sobre la Roca de la Fe?





¿Está usted parado sobre la roca de la fe?




Tenemos que recibir la salvación por fe para poder entrar al Cielo, y luego podemos también recibir respuestas a nuestras oraciones. ¿En qué nivel piensa que está su fe?¿Se ha parado sobre la roca de la fe? La 'roca' se refiere a una roca de fundación que es amplia, plana y grande. Esta representa un lugar firme y seguro. Si nosotros nos paramos sobre la 'roca de la fe', nuestra fe se torna más firme y sólida y jamás se balanceará ante ninguna circunstancia, no nos será difícil guardar la Palabra de Dios y podremos obtener la victoria en todo con fe.Para levantarnos sobre la roca de la fe debemos abstenernos de la naturaleza pecaminosa de nuestros corazones. Hay nueve aspectos que no deben tener quienes se paran sobre la roca de la fe.




Primero: tener ira. Significa que del corazón se levantan sentimientos malos, tales como la ira. Cuando alguien no puede contener la ira, quizá exprese malas palabras o se torne violento. Pero aquellos que se paran sobre la roca de la fe no tienen ni siquiera malos sentimientos momentáneos en el corazón.Si tenemos que esforzarnos para suprimir el mal carácter quizá se nos haga difícil soportarlo o posiblemente hagamos comentarios provenientes de nuestros malos sentimientos. Si es así, estamos lejos del nivel de 'pararnos sobre la roca de la fe'. Si usted piensa que está parado sobre la roca de la fe pero su ira se revela en sus expresiones faciales, en el tono de sus palabras o en su comportamiento, entonces está totalmente equivocado. A veces hay algunos que se enojan y demuestran su mal carácter, pero dicen: "No estoy enojado ni molesto en lo absoluto, simplemente quiero enseñarles a los demás lo que es correcto" o "Es que me enojé por indignación justa". Si presentan estas excusas están demostrando que están lejos del nivel de 'pararse sobre la roca de la fe'.




Segundo: malos sentimientos. Los 'malos sentimientos' se levantan del corazón cuando varias cosas falsas que están en él despiertan con sentimientos o emociones. Este es un concepto más amplio que el del 'mal carácter'; algunos ejemplos típicos son los sentimientos de incomodidad, el resentimiento y la decepción. Cuando alguien lo señala y reprueba, quizá tenga sentimientos de incomodidad. Cuando los demás no lo sirven o no lo tratan de la manera que usted desea, quizá no se sienta satisfecho sino decepcionado. O al no recibir reconocimiento de parte de los demás, al no recibir lo que siente que merece o al ser acusado erróneamente quizá sienta desilusión o resentimiento.Sin embargo, si nos paramos en la roca de la fe tendremos el corazón de esclavos indignos en gran medida, tal como se describe en Lucas 17:7-10. Así, los malos sentimientos como la decepción o los sentimientos de incomodidad no se levantarán del corazón. Pero si usted piensa equivocadamente y se engaña a sí mismo diciendo que no tiene este tipo de sentimientos, aunque los tenga, no podrá levantarse sobre la roca de la fe.




Tercero: odio, celos y envidia. De acuerdo a lo descrito en 1 Juan 3:15, aunque usted no revele lo que tiene en el corazón, si continúa odiando a alguien en su interior es como cometer homicidio. Esto está muy lejos del 'pararse en la roca de la fe'.Los celos y el odio están clasificados como obras evidentes de la carne según lo escrito en el quinto capítulo de Gálatas. Usted debe despojarse de esta maldad. Cuando observa que alguien recibe elogios, si las faltas de aquel vienen a su mente primero, entonces usted tiene celos en su corazón. El corazón de la verdad se regocija con la verdad. Debe regocijarse cuando los demás lo superan, cuando son amados por los demás y obtienen reconocimientos o elogios. No debe pensar erróneamente que se ha parado sobre la roca de la fe si tiene odio, celos o envidia.




Cuarto: corazón mentiroso y engañoso. Si engaña a los demás o inventa una mentira para su propio beneficio, no se ha parado sobre la roca de la fe en lo absoluto. Algunos exageran su desempeño para poder presumir de sí mismos ante los demás o intentan minimizar o encubrir sus faltas. Esto se da porque tienen corazón mentiroso y engañoso.Si engaña a su supervisor, iglesia o pastor significa que no está consciente de los ojos de Dios. Aunque el problema se resuelva al momento diciendo una mentira, esta le llevará a caer en tribulaciones y pruebas. Es más, usted quizá logre inventar grandes mentiras, pero para poder levantarse en la roca de la fe no debe engañar a los demás ni siquiera en cosas insignificantes ni decir mentiras para encubrir algo.




Quinto: juzgar a los demás. Las personas juzgan o condenan a los demás de acuerdo a sus propios pensamientos o conocimiento de lo que es bueno y correcto ante sus propios ojos. No obstante, Dios es el único que examina el corazón y conoce todo. Por lo tanto, debemos saber que el acto de juzgar o condenar a los demás proviene de la arrogancia, tal como se indica en Santiago 4:11-12. El acto de juzgar usualmente conduce a calumniar, calificar y hablar mal de los demás; esto termina en el acto de condenar. De manera particular, no se debe criticar a los demás en nombre del discernimiento. Aquellos que juzgan en base a las apariencias externas o al escuchar falsos rumores están todavía muy lejos de entrar en el proceso de pararse en la roca de fe.




Sexto: corazón inconstante. La característica más notable de las cosas carnales es que estas cambian. Aquellos que pertenecen al espíritu mantienen lo que deciden hacer sin sufrir un cambio en el corazón. Si usted rompe con facilidad sus promesas a los demás, e incluso las promesas a Dios, debe notar que las características de inconstancia aún permanecen en su ser. Los que se paran sobre la roca de la fe no se olvidan de la fe en el Señor ni siquiera ante la amenaza y el temor a la muerte. Ellos no cambian, en otras palabras, se puede morir como mártires por el Señor con este tipo de fe.




Séptimo: adulterio. Esto implica el simple hecho de mirar a una persona del sexo opuesto con deseo sexual en el corazón o el cometer adulterio con los pensamientos. Dios advierte estrictamente contra los pecados relacionados con el adulterio, tales como la sensualidad, la inmoralidad y la impureza. Para pararse sobre la roca de fe lo primero de lo que debemos despojarnos es la mente adúltera. En Mateo 5:27-28 el Señor dice que todo aquel que mire a una mujer para codiciarla, adultera con ella en su corazón. Por ende, no solo debe mantenerse lejos de los actos de adulterio sino también sacar las profundas raíces de adulterio cometidas incluso en sus pensamientos o corazón.




Octavo: codicia, avaricia y motivos egoístas. La gente a menudo demuestra codicia o avaricia por varias cosas, tales como la riqueza, fama, autoridad y poder. Los motivos egoístas constituyen el corazón que busca sus propios deseos y beneficio; usualmente se levantan por causa del dinero. Si nos quedamos con el amor por el dinero debido a nuestra codicia y avaricia, de manera natural nos distanciaremos de Dios y con el tiempo caeremos en los placeres del mundo, llegando a inclinarnos por completo hacia la lujuria (Mateo 19:24).Los motivos egoístas causan todo tipo de corrupción relacionada con el dinero; aquellos que los tienen buscan su propio beneficio y el de sus seres cercanos. Por lo tanto, usted debe despojarse de la codicia, la avaricia y los motivos egoístas de su corazón.




Noveno: traición. El corazón que traiciona se relaciona con el corazón inestable, pero se asocia más con la astucia. Cuando algunos aspectos malos se juntan, como por ejemplo el corazón que busca su propio beneficio con la arrogancia y así por el estilo, las personas se traicionan unas a otras. En casos más serios, hay algunos que han recibido gracia de parte de una persona pero se olvidan de esa gracia y traicionan. Esto representa un mal más serio que el del corazón inconstante. Para pararse sobre la roca de la fe debe desarraigar por completo el corazón que traiciona.




Que realmente estas palabras nos ayuden a crecer cada día más en la fe.




Pastor Carlos Leon


Washington Manmin Church, EEUU.


Fuente del texto: Enfoque Manmin / http://www.manmin.org/

No hay comentarios:

Publicar un comentario